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El abandono a las personas mayores
Una de las principales causas para que suceda el abandono, es que la persona adulta mayor ya no posea una vida laboral útil y comience a generar gastos en la familia. Situación que causa tensión y trasforma el trato de sus hijas e hijos, amistades y parientes cercanos.
La mayoría de los ancianos contabilizados no han sido abandonados por completo a su suerte, en el sentido de que ya no tienen una vivienda ni familiares cercanos a los que acudir en caso de emergencia. Se trata de personas mayores que se encuentran en completa soledad temporal, al menos durante el tiempo que sus más cercanos permanecen en sus lugares de veraneo o de vacaciones.
Buena parte de ellos son ingresados en residencias de ancianos, donde no reciben visitas ni llamadas de sus familiares o de quienes están a su cargo. Una minoría permanece en sus domicilios, sin asistencia y en algunos casos sin poder satisfacer sus necesidades básicas por sí mismos: compra de alimentos, reparación de electrodomésticos o limpieza del inmueble. Aunque en todos los casos se les ha atendido principalmente por la necesidad de compañía, ya que se encontraban en un estado de completa soledad.
El desamparo a los adultos mayores es algo que se puede ver a diario, son innumerables las historias que existen sobre el abandono o destierro del núcleo familiar. Y es que la causa principal del abandono a los adultos mayores vendría a ser por sus familiares, ya que se quejan con frases como: “Yo ya no tengo dinero para cuidarle”, o “no tengo fuerzas para cuidarlo” o también como “el Estado que haga lo que quiera con él” , o “en el asilo de ancianos lo cuidarán mejor” . Y es que esas y muchas frases más pronuncian sus familiares para deshacerse de las personas ancianas que viven en sus hogares pensando erróneamente que son incapaces, enfermos o personas inútiles que no pueden cumplir con las tareas básicas. Como consecuencia, todo recae sobre los adultos mayores que son los que sufren fuertes depresiones, desgaste físico y emocional, desánimo de la vida y sobre todo mucha tristeza y debilidad. Es eso, y muchas enfermedades más pueden llevar a la muerte de los ancianos, sin haber cumplido dignamente con la última etapa de su vida.
No estoy en contra de que por condiciones económicas, vitales... se lleven a las personas de la tercera edad a residencias, en esos sitios se relacionan con personas de su edad, en algunos casos se sienten más entendidos... pero no estoy de acuerdo con que se les abandone y sus familiares no los vayan a ver.
Hoy en día perdemos mucho tiempo con las redes sociales, con las nuevas tecnologías... y nos olvidamos de sacar un tiempo para ir a visitar a nuestro/a abuelo/a, pasar un rato con él, llamarlo... Son personas que desde que nacimos han estado con nosotros y en muchos casos en algún momento ayudaron a nuestros padres para poder conseguir muchas cosas de las que tienen ahora, y al llegar un momento en el que no puede brindar tantos recursos nos olvidamos de él/ella y de su necesidad de sentirse querido/a por su familia.
Como educadora social, creo que es un colectivo muy olvidado y no tan visibles como otros, y para mi tiene la misma importancia que los demás, creo que debemos de reflexionar y tomar conciencia que tenemos que visitar, tratar bien, mostrar una cálida ayuda y sobre todo no abandonar a nuestros familiares adultos mayores y poder interesarnos por su salud y bienestar. Y espero que en un futuro estas personas no se sientan ni un estorbo para sus familias por su situación, ni solas.